NOTICIA
La inseminación artificial en ovino: los factores que afectan a su aplicación eficaz en campo
10 junio 2025
- En NEIKER analizamos factores como la edad, el estado de carnes o el momento del ciclo reproductivo del animal para aplicar con mayor precisión esta técnica reproductiva
La mejora de la eficiencia reproductiva en el ganado ovino es un objetivo constante en los sistemas de producción, tanto por su impacto en la productividad como por su relación con la planificación del rebaño y la sostenibilidad económica. Aunque las técnicas de manejo han avanzado, aún existen dificultades para obtener resultados homogéneos, en especial cuando se aplican técnicas como la inseminación artificial (IA), que requieren una planificación precisa y se ven afectadas por factores de naturaleza biológica, ambiental y de gestión.
En este contexto, en NEIKER desarrollamos trabajos de investigación aplicada para analizar los factores que influyen en los resultados de la inseminación artificial en ovino y ofrecer al sector ganadero criterios técnicos que permitan mejorar la eficacia de esta práctica en condiciones reales de producción. Nuestro enfoque se centra en comprender la interacción entre el manejo, la fisiología animal y las condiciones del entorno para optimizar los resultados que esta herramienta reproductiva nos puede proporcionar.
En concreto, en el centro se analizan aspectos como la edad de las ovejas, su historial reproductivo, el tiempo transcurrido desde el último parto y la IA, el estado de carnes de las ovejas o si han sido inseminadas con éxito en campañas anteriores. También se considera si están en ordeño y cómo evoluciona su condición corporal durante las semanas previas y posteriores a la IA. Todo ello permite definir un perfil que orienta la selección de animales en las ganaderías.
“En general, los mejores resultados se obtienen cuando las ovejas se encuentran entre los 150 y los 250 días tras el parto, cuando presentan una condición corporal adecuada y no pierden peso tras la inseminación”, explica Ina Beltrán de Heredia, investigadora de NEIKER.
Factores a tener en cuenta
Además de las características de los animales, influyen otros factores como el número de ovejas inseminadas por lote, el manejo que se realiza en torno al proceso, las condiciones ambientales y la alimentación. En esta línea, se recomienda no superar las 150 ovejas por lote para poder adaptar el manejo a las necesidades del grupo.
Las condiciones ambientales también tienen un efecto. “En nuestra experiencia, temperaturas medias del día de la inseminación entre 14 y 22 ºC, junto con niveles de humedad en torno al 75 % y presencia de lluvias en días previos, se asocian con mayores tasas de fecundación”, ha detallado la investigadora.
Respecto a la alimentación, resulta más favorable que las ovejas ganen peso antes y después de la inseminación y que los machos donantes de semen hayan sido preparados al menos durante los dos meses previos.
También hay que tener en cuenta el protocolo aplicado. En ovino trabajamos con planificaciones hormonales para sincronizar el celo y la ovulación, lo que permite fijar el momento de la inseminación sin necesidad de detectar el celo. Esta técnica requiere una programación precisa, ya que el semen refrigerado que se utiliza debe aplicarse, por vía cervical, a las 55 horas después de la retirada del tratamiento.
Aplicación en el sector
Las conclusiones extraídas de las investigaciones se trasladan a la práctica a través de la colaboración con las asociaciones ganaderas de ovino Latxo (ACOL, AGORALA, ELE y ASLANA), el centro de inseminación ARDIEKIN y otras entidades especializadas, tanto del ámbito estatal como internacional.
Además, este conocimiento se comparte con el sector a través de acciones formativas dirigidas a personal ganadero, técnico y de control, con el fin de facilitar su aplicación en condiciones reales de explotación. Ejemplo de ello es el proyecto LIFE GREEN SHEEP, en el que se han desarrollado jornadas de puertas abiertas y encuentros con el sector para presentar el uso de la inseminación artificial como herramienta dentro de modelos de producción más sostenibles, en los que la mejora reproductiva se relaciona también con la eficiencia alimentaria y la reducción de emisiones.
Con vistas al futuro, continuamos trabajando en el análisis de nuevos factores que puedan estar interfiriendo en la eficacia de la técnica y en la incorporación de tecnologías emergentes para la mejora genética y reproductiva del ovino. En este camino, colaboramos con entidades como CONFELAC, IDELE, INRAE y CDEO, participando en proyectos como GC4SHEEP y ARDI2, que se enfocan en optimizar la inseminación artificial y adaptarla a distintos sistemas productivos.