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Ana Díez: “Las variedades de uva resistentes permiten reducir el uso de plaguicidas y avanzar hacia una viticultura sostenible”
18 noviembre 2025
El mildiu, el oídio o la botritis son algunas de las enfermedades más comunes y dañinas para la vid, capaces de provocar importantes pérdidas de producción y calidad en los viñedos. Para hacerles frente con el mínimo uso de productos químicos surge el proyecto europeo GRAPEBREED4IPM, que impulsa el desarrollo y la adopción de variedades de vid resistentes a estas patologías. El centro tecnológico NEIKER participa aportando su experiencia en la caracterización varietal y en la evaluación de la biodiversidad en viñedos, con el objetivo de avanzar hacia una viticultura más sostenible y alineada con los objetivos del Pacto Verde Europeo, un reto que, como explica Ana Díez, requiere combinar innovación, cooperación y transferencia de conocimiento.
¿Cuál es el principal desafío que busca resolver GRAPEBREED4IMP en la vitivinicultura?
El proyecto se centra en reducir la dependencia de los plaguicidas químicos mediante el desarrollo y adopción de variedades resistentes a las enfermedades más problemáticas para la vid, como mildiu, oídio, black rot y botritis. Estas variedades se adaptan a las condiciones locales de clima y suelo, lo que permite producir de manera más eficiente y sostenible, tanto en agricultura convencional como ecológica, y prepara a los viñedos para responder de manera más resiliente a posibles amenazas emergentes.
¿Cómo contribuyen las variedades resistentes a reducir el uso de pesticidas?
La mejora genética enfocada en la resistencia a enfermedades permite disminuir el número de tratamientos con fungicidas, lo que se traduce en un menor uso de químicos y hace que los viñedos sean más sostenibles. En Europa, los viñedos ecológicos representan alrededor del 3% de las tierras agrícolas y, en 2019, un 12,1% de los viñedos de la Unión Europea se gestionaban bajo agricultura ecológica, concentrándose principalmente en España, Francia e Italia. Gracias a las variedades resistentes las empresas vitivinícolas pueden reducir aún más el uso de fungicidas, aumentando la eficiencia y sostenibilidad de la producción.
¿Cuál va a ser la aportación de NEIKER al proyecto y qué beneficios espera obtener de su participación?
Desde NEIKER aportaremos apoyo local en la selección de plantas mejoradas, trabajando junto a agricultores de la región. Esto se traduce en la plantación de líneas resistentes generadas por el socio VCR, cooperativa viverística de Rauscedo (Italia), a partir de variedades de interés local.
Además, participaremos en OSCAR, un observatorio participativo creado por INRAE, Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente de Francia, e IFV, Instituto Francés de la Vid y el Vino, que reúne parcelas en producción con variedades resistentes. Este trabajo colaborativo busca integrar la resistencia varietal y la gestión integrada de plagas, combinando diferentes estrategias de control sostenible.
Otro eje clave será la evaluación de la biodiversidad en viñedos con variedades resistentes bajo manejo ecológico y convencional. Analizaremos la presencia de artrópodos y la microbiota en las bayas para conocer mejor los efectos de estas nuevas variedades en el ecosistema del viñedo.
Hablas de variedades resistentes, ¿qué beneficios aportan a los sistemas de cultivo, tanto ecológicos como convencionales?
Las variedades resistentes ofrecen ventajas en ambos sistemas de producción. Incluso la agricultura ecológica, que utiliza productos de origen natural, depende en cierta medida de tratamientos fitosanitarios. El desarrollo de variedades resistentes permite disminuir esa dependencia, reduciendo costes y mejorando la sostenibilidad de los viñedos.
Además, el proyecto cuenta con la participación de FiBL, referente europeo en agricultura ecológica, lo que garantiza que las soluciones desarrolladas estén plenamente adaptadas a este ámbito. En conjunto, GRAPEBREED4IPM contribuye a los objetivos del Pacto Verde Europeo, la Estrategia de Biodiversidad 2030 y la iniciativa De la Granja a la Mesa, promoviendo una viticultura con menor impacto ambiental y un uso más racional de los recursos.
¿Qué impacto económico se espera en el sector vitivinícola?
Se prevé que la reducción del uso de fungicidas alcance un 10% al finalizar el proyecto, con un objetivo a largo plazo del 25%. Esto supone un ahorro directo en costes y permite una mejor organización del trabajo en las explotaciones, ya que el tiempo que antes se dedicaba a tratamientos químicos se puede invertir en otras labores, aumentando la eficiencia y mejorando las condiciones de vida de las familias agricultoras.
¿Cómo se involucra a las partes interesadas de la cadena de valor?
GRAPEBREED4IPM sigue un enfoque multiactor y participativo, trabajando conjuntamente con viticultores, asesores y otros actores de la cadena de valor. Esto permite desarrollar los resultados del proyecto de manera práctica y asegurar su adopción en el campo.
En esta línea, los foros de expertos ayudan a identificar limitaciones y posibles soluciones, generando conocimiento que los actores locales utilizan para diseñar hojas de ruta adaptadas al cultivo, la comercialización y el despliegue de las nuevas variedades, garantizando que las variedades resistentes se implementen de manera efectiva.
¿Qué herramientas y directrices se desarrollarán para fomentar la implantación de las variedades resistentes?
Se crearán herramientas de apoyo a la decisión, guías de manejo fitosanitario y pautas de plantación adaptadas a cada zona de cultivo. Estas herramientas permiten a los viticultores comprender los conceptos de resistencia duradera y gestión integrada de plagas, asegurando que puedan aplicarlos de manera práctica en sus viñedos.
Más allá de la mejora genética, ¿cómo se asegura que el conocimiento sea útil y adoptado por el sector productor?
Se establecerán viñedos demostrativos en distintas regiones, donde agricultores y asesores podrán evaluar las variedades resistentes en condiciones reales.
En este sentido, se realizarán actividades formativas personalizadas que faciliten la comprensión de las ventajas de estas variedades y ayuden a seleccionar la opción más adecuada según las condiciones locales. Además, se analizarán los atributos de calidad del vino, vinculando la innovación varietal con la producción y el mercado, para que las decisiones de los viticultores estén bien fundamentadas.
Por último, ¿qué acciones de difusión y comunicación se llevarán a cabo para dar a conocer la iniciativa a la comunidad?
El proyecto tendrá una estrategia de comunicación integral, que incluye un sitio web actualizado regularmente, materiales divulgativos, publicaciones técnicas y presencia en más de 80 eventos del sector a nivel regional, nacional e internacional.
De este modo, nos aseguramos de que el conocimiento generado en GRAPEBREED4IPM llegue a todos los agentes y tenga impacto real en la transición hacia una viticultura más sostenible y resiliente en Europa.




